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In Memoriam. D. Manuel Ramírez Jiménez. Por María Cruz Díez Acha

IN MEMORIAN: D. Manuel Ramírez Jiménez

Ayer recibí la noticia del fallecimiento de D. Manuel. Siempre fue y será D. Manuel. Mi profesor de derecho político (ahora llamado constitucional). "El cortijo de D. Manuel" llamábamos a su cátedra con cariño, aunque nunca fue un "cortijo cerrado", sino un lugar amable y abierto a todos. Se ha ido uno de los referentes más importantes en mi formación académica y humana.

D. Manuel sabía, D. Manuel comunicaba, D. Manuel enseñaba. Con sus palabras certeras y su humor nos llegaba. Nadie se perdía sus clases, ni en primero, ni en segundo de carrera. Siempre puntual permitía que durante los cinco minutos de cortesía, nos fuéramos acomodando en las gradas del Aula Magna, hasta que pedía que cerraran la puerta y se hacía silencio; luego las que llegaban tarde pedían permiso para entrar se quedaban en los bancos a la izquierda de la puerta, mayoritariamente chicas, y a los escasos compañeros que llegaban más tarde y se atrevían a entrar, les ordenaba -con su fino humor y retranca andaluza- sentarse en esos bancos "buenos días caballero, siéntese en el gineceo", lo que provocaba el sonrojo del mozo y la carcajada general. Recuerdo que siempre empezaba con alguna anécdota graciosa y así captaba nuestro interés. Había quienes tachaban político como asignatura "maría" por el alto número de aprobados y buenas notas, en lugar de reconocer el éxito de su docencia entre el alumnado.

A lo largo de los años todas las advertencias que nos hizo en aquéllos años 1980-1982 se han mostrado certeras, y nunca dejaron de ser actuales, fue el primero en alertarnos sobre los riesgos de que nuestra recién estrenada Constitución estableciera un modelo que cediera el protagonismo al "gobierno de los partidos políticos", que si pudo tener sentido durante la etapa post transición, actualmente ahora lastra la ilusión de los ciudadanos y la confianza en nuestro sistema parlamentario, casi inaccesible a formas directas de participación.

De su vida personal apenas unos retazos en la memoria, porque D. Manuel tan elegante de porte y vestimenta, fue igualmente discreto con su intimidad. Nos contaba de refilón que nunca le interesó conducir, ni hacer ostentación de coche: taxi hasta las escaleras de la facultad día sí y día también, y del que bajaba con su sempiterna pipa que paseaba en clase entre las manos; que no soportaba las tormentas; que le gustaban las tertulias inteligentes, la comida y una buena copa o varias. Sólo recuerdo una milagrosa vez que mencionara un amor que naufragó en El Estrecho.

A lo largo de los años he ido siguiendo su trayectoria profesional plagada de meritos y reconocimientos. No soy politóloga, sólo pedestre letrada consistorial de un ayuntamiento ni grande, ni pequeño, eterna alumna suya que como él cree en la democracia y en el sentido de la responsabilidad de la gestión pública; a ratos humilde tutora de derecho administrativo en el centro de la Uned de Logroño que repite muchas de sus reflexiones.

Era nuestro Decano en 1985 cuando concluí mi etapa en la facultad, y presidió el baile de fin de carrera donde tuve el honor de bailar con él, al igual que el resto de quienes fuimos damas de la promoción, ¿se siguen haciendo esas cosas?. Guardo las papeletas con su firma estampada y el menú del baile con una dedicatoria manuscrita. Sobre todo guardo sus enseñanzas.

Me gustaría pensar que nunca se sintió sólo, que supo que le quisimos y lo admiramos. Espero que se haya ido sin dolor, discreta y elegantemente como vivió y enseñó. Gracias D. Manuel.

María Cruz Díez Acha. Promoción de la Facultad de Derecho de Zaragoza 1980-1985

[Se publica el día 20 de febrero esta nota recibida en Decanato el 19 de febrero de 2015].

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